domingo, 4 de diciembre de 2022

Otra seguridad social es posible. Critica a la reforma jubilatoria (III)

 

La ausencia de diálogo social

La reforma jubilatoria que impulsa el gobierno no estuvo acompañada y mucho menos respaldada por un diálogo social. Lejos de calificar el proceso como un ejemplo de diálogo social -tal como lo están planteando los impulsores de la reforma-, hasta el momento no se han desarrollado espacios de diálogo político que busquen construir grandes acuerdos nacionales en un tema tan sensible como la seguridad social.

Ya en el documento aportado por el PIT CNT en su primera comparecencia a la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS), se cuestionaba la idea que una comisión técnica pudiera constituir el espacio adecuado para articular y alcanzar los acuerdos necesarios. Concretamente, se señalaba que “esta comisión debería trabajar coordinadamente para acompañar y enriquecer el desarrollo del diálogo social y no pretender sustituirlo. Reconociendo la necesidad de dar una discusión informada y con rigurosidad técnica, sabemos que los debates que involucran a la seguridad social y las alternativas en torno a su reforma son esencialmente políticos, lo que exige el involucramiento de toda la sociedad a través de las representaciones sociales ya que refieren —entre otras cosas— a diferentes concepciones normativas sobre justicia y ética.”

Adicionalmente, varios integrantes de la CESS en representación de los partidos políticos que integran la coalición de gobierno aclararon que su participación era de carácter personal y sus opiniones y posiciones no comprometían a los partidos políticos que los habían designado. Esto contrastó fuertemente con la postura asumida desde el inicio por los representantes del Frente

Amplio, la ONAJPU y el PIT CNT, quienes sí ratificaron que sus posicionamientos dentro de la CESS contaban con el aval político de las organizaciones que los habían designado.

Tal como es concebido desde el movimiento sindical, el diálogo social requiere de interlocutores que verdaderamente representen a sus organizaciones. La búsqueda de acuerdos necesariamente implica intercambio y negociaciones que requieren tiempo y actores representativos que puedan comprometer la posición de sus organizaciones. Además, los técnicos no parecen los actores más adecuados para buscar los necesarios acuerdos políticos. Por ello, lejos de configurar un ámbito de diálogo social, la CESS fue un ámbito de trabajo técnico que aportó insumos valiosos como cualquier otro trabajo académico, pero que claramente no constituye un espacio propicio para alcanzar los acuerdos políticos que se buscan mediante un diálogo social. Más allá de los aportes técnicos, la CESS culminó su trabajo sin lograr acuerdos ni en el diagnóstico del sistema ni en las recomendaciones de reforma.

Una vez concluido el trabajo de la comisión, el Poder Ejecutivo se tomó cerca de 8 meses para presentar sobre fines de Julio, un anteproyecto de ley sin que mediara diálogo de ningún tipo con las organizaciones políticas y sociales. A partir de ese momento, efectivamente se habilitó un espacio de diálogo, intercambio y negociación política entre los partidos que integran la coalición de gobierno, que no incluyó a la oposición ni a los actores sociales más representativos.

Por lo tanto, si bien han existido espacios de discusión técnica y ámbitos donde se escuchó la opinión de diversos actores involucrados con el régimen jubilatorio, aun no se han convocado espacios de intercambio y negociación política con interlocutores verdaderamente representativos, un ingrediente esencial a cualquier proceso de diálogo social que se proponga construir acuerdos.

Extraído de: “Algunas reflexiones sobre la reforma jubilatoria propuesta por el gobierno”. Documento del Instituto Cuesta Duarte, noviembre de 2022.

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