El movimiento obrero debe ser considerado como el
advenimiento del pueblo trabajador a la vida pública, y así visto ese
movimiento adquiere una importancia nacional. Va a entrar en la vida pública,
en efecto, esa enorme masa de hombres que había creído hasta ahora en sus
intereses que sus intereses consistiría, y su deber, en trabajar en silencio, ajenos a
toda agitación popular, el estrecho esfera de acción en que ejercían su oficio.
He aquí una clase social numerosísima y poderosa, por tanto que había vegetado
hasta ahora entre nosotros sin que se ocupase solidariamente sus intereses ni
de dar muestras de vida, y que de pronto despertada por el rumor de las luchas
que sostiene esa misma clase social en casi todas las naciones del mundo
civilizado se dispone a hacer valer sus aspiraciones y derechos de una manera
inteligente y eficaz. Saludémosla
(Reconocimiento del José Batlle y Ordoñez al Movimiento
obrero en 1896. Fuente: Delia-Miraldi (1980) Historia del movimiento obrero en
el Uruguay. Montevideo, EBO página 55)