sábado, 23 de febrero de 2019


EL HOMBRE CUANDO TRABAJA (2)

El hombre cuando trabaja no lo hace desde el aislado contacto entre una cosa, a la cual trabaja o transforma, y el mismo; el trabajo se hace, se lleva a cabo desde determinada sociedad, desde un momento histórico y geográfico. El hombre trabajador es un ser situado en determinada sociedad y en determinadas condiciones.  La acción transformadora que implica todo trabajo, va a estar determinada por la sociedad en la cual se desarrolla esa acción transformadora.
Sin embargo el proceso de trabajo puede ser estudiado de una manera abstracta y aislada de las condiciones sociales, “independiente de la condición social que revista”[1]; como “condición general de intercambio material entre el ser humano y la naturaleza, eterna condición natural de la vida humana y por tanto independiente de toda forma de vida, común por igual a toda forma de sociedad[2]. Este trabajo puede definirse como “actividad orientada a un fin, el de la producción de valores de uso, apropiación de lo natural para las necesidades humanas[3]. Este carácter o concepto abstracto de trabajo sirve como modelo para analizar toda forma de producción independientemente del momento histórico del que se trate, todo momento histórico lleva implícito este modelo de “proceso de trabajo”  que permite un análisis valido para todas las épocas.  Este “proceso de trabajo” puede caracterizarse  del modo siguiente “un proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en que el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza. El hombre se enfrenta a la materia natural misma como un poder natural. Pone en movimiento las fuerzas naturales que pertenecen a su corporeidad, brazos y piernas, cabeza y manos, a fin de apoderarse de los materiales de la naturaleza bajo una forma útil para su propia vida. Al operar por medio de ese movimiento sobre la naturaleza exterior a él y transformarla, transforma a la vez su propia naturaleza. Desarrolla las potencias que dormitaban en ella y sujeta a su señorío el juego de fuerzas de la misma”[4].
Se trata de: el hombre de una parte y la naturaleza de otra parte. Todo proceso  de producción histórico, cualquiera sea la época que el mismo se ejecute, lleva implícito un forma de trabajo humano que puede ser aislada conceptualmente, donde se relaciona el hombre y al naturaleza, y esta ultima resulta transformada.
El concepto de trabajo, el que se utiliza en el proceso de producción para transformar la naturaleza, no es cualquier trabajo; sino aquel que implica un determinado esfuerzo fisco y atención intelectual para realizar la transformación, el que es denominado por Marx como “la actividad adecuada a un fin, o sea, el propio trabajo, su objeto y sus medio”[5], esto es el trabajo propiamente dicho; es lo que acá interesa.
Al otro lado del proceso tenemos a la naturaleza, debiendo distinguir primeramente el objeto sobre el cual se trabaja y los medios con los que se trabaja[6]. El objeto sobre el cual se trabaja, puede ser simplemente algo sacado de la naturaleza por parte del hombre, que la actividad del hombre se limite solamente a sacarlos de la naturaleza, que el trabajo consista simplemente en esto, en arrancar de la naturaleza al objeto . Este trabajo es lo que obtiene como resultado la materia bruta[7], que después devendrá en materia prima[8], el objeto más filtrado, por un primer trabajo.
En este proceso de producción también tenemos la participación de los medios de trabajo, los medios con los cuales se labora para obtener la mercancía. Es posible distinguir los medios de trabajo en sentido estricto y lo medios de trabajo en sentido amplio. Sobre los primeros  se dice que “es aquel objeto o conjunto de objetos que el obrero interpone entre él y el objeto que trabaja y que le sirve para encauzar su actividad sobre este objeto. El hombre ser sirve de las cualidades mecánicas, físicas y químicas de las cosas para utilizarlas conforme al fin perseguido, como instrumento de actuación sobre estas cosas”[9]. Los segundos son aquellos que si bien no intervienen en el proceso de trabajo directamente, lo hacen posible; posibilitan que el trabajo finalista se pueda ejecutar, ejemplo de ellos son los “locales de trabajo, los canales, las calles”, “tratase de condiciones que no se identifican directamente con dicho proceso, pero sin los cuales éste no podría ejecutarse”[10].
Los medios de trabajo tienen, como no le tienen otras, la cualidad de ubicarnos en el momento histórico en el cual se ejecuta el trabajo “lo que distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace, sino como se hace, con qué instrumentos de trabajo se hace. Los instrumentos de trabajo no son solamente barómetros indicadores del desarrollo de la fuerza de trabajo del hombre, sino también el exponente de las condiciones sociales en que se trabaja” [11](…)


[1] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 130, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión
[2] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 136, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión


[3] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 130, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión
[4] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 131, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión

[5] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 131, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión

[6]El medio de trabajo es aquel objeto o conjunto de objetos que el obrero interpone entre él y el objeto que trabaja y que le sirve para encauzar su actividad sobre el objeto” Marx en “El capital” tomo 1 pagina 131, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión.
[7]Todas aquellas cosas que el trabajo no hace más que de su contacto directo con la tierra son objetos de trabajo que la naturaleza brinda al hombre. Tal como ocurre con los peces que se pescan, arrancándolos de su elemento, el agua; con la madera derribada en las selvas vírgenes; con el cobre separado del filon”. Marx en “El capital” tomo 1 pagina 131, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión


[8]Por el contrario, cuando el objeto sobre el que versa el trabajo ha sido ya, filtrado por un trabajo anterior, lo llamamos materia prima” Marx en “El capital” tomo 1 pagina 131, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión


[9] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 131, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión


[10] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 133, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión

[11] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 132 Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión

sábado, 16 de febrero de 2019


LA IGUALDAD NO PUEDE SER UNA QUIMERA

La igualdad no es, no debe ser una quimera, implica que todos tengan lo suficiente para la vida y se limite drásticamente el disfrute de lo superfluo.  La democracia  debe de entenderse desde esta perspectiva[1], los que tienen demasiado deben de satisfacer a los que nada tienen, asegurar lo suficiente a cada uno y a su descendencia. Todas las personas de buena fe deben de reconocer el aserto de esta manifestación[2]. El déficit de fortuna del más desfavorecido no tiene otro origen que el robo de los que más tiene, el robo abalado por las leyes que los segundos hicieron, a su favor; y sostenido por un sistema de producción que justifica la desigualdad. Quien acapara más de lo que necesita para vivir suficientemente, dignamente, comete un robo social; no se puede llegar a tener demasiado sino haciendo que otros no tengan lo suficiente. La propiedad privada, sobre todo la que se tiene en exceso, mas allá de lo razonable para vivir dignamente, no solo conspira contra la igualdad, sino que consagra pequeñas repúblicas dentro de las república, pequeñas repúblicas donde se accede solo con autorización de su propietario, donde las leyes las dicta el propietario, las administra el propietario y donde juzga el propietario sin rendir cuentas a nadie.  No hay tampoco razón alguna para premiar en exceso los talentos y habilidades que en algunos casos vienen dadas por la naturaleza, y en otros se adquieren por la educación, sostenida durante siglos por la sociedad toda.  En definitiva el valor de determinados talentos o virtudes individuales depende de la opinión social de determinado momento histórico, es en definitiva la sociedad con determinada educación la que les da valor.
En cuanto a la educación, es un arma que debe de estar en manos de todos, debe ser equitativa y forzosa; de lo contrario llegara el día en que una parte de la sociedad estará armada hasta los dientes y serán privilegiados,  habrá otro sector sin arma alguna y serán desgraciados. Por entonces un sector de la sociedad combatirá a otro sector que se encuentra desarmado, ya sabemos el resultado esta batalla.
Una administración común de todos estos bienes, reducirá a un mínimo la desigualdad y reducirá a un mínimo los conflictos sociales; se derribaran muros y cárceles, la gente se matara menos. La desigualdad, es una calamidad social, la más grande todas, la semilla de la discordia; en cambio la igualdad es la felicidad común.



[1] si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento” Mandela.
[2]lQuien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es absurdo!”(Eclesiastés 5:10) .  Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción”.(1 Timoteo 6:9). “¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes”.(Lucas 12:15). “¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?” (Marcos 8:36). “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar”.(Mateo 6:19-20). “Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores”.(1 Timoteo 6:10). “El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece”.(Proverbios 13:11). “Todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad”.(Proverbios 21:26 )-“No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas”.(Proverbios 23:4 ).”Tal como salió del vientre de su madre, así se irá: desnudo como vino al mundo, y sin llevarse el fruto de tanto trabajo”.(Eclesiastés 5:15 ). “Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas”.(Salmos 119:36). “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas”.(Mateo 6:24 ). “Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría”.(Colosenses 3.5 ). “Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios”. (Efesios 5:3)

sábado, 9 de febrero de 2019


EL HOMBRE CUANDO TRABAJA(1)

El hombre cuando trabaja no lo hace desde el aislado contacto entre una cosa, a la cual trabaja o transforma, y el mismo; el trabajo se hace, se lleva a cabo desde determinada sociedad, desde un momento histórico y geográfico. El hombre trabajador es un ser situado en determinada sociedad y en determinadas condiciones.  La acción transformadora que implica todo trabajo, va a estar determinada por la sociedad en la cual se desarrolla esa acción transformadora.
El proceso de trabajo puede ser estudiado de una manera abstracta y aislada de las condiciones sociales, “independiente de la condición social que revista”[1]; como “condición general de intercambio material entre el ser humano y la naturaleza, eterna condición natural de la vida humana y por tanto independiente de toda forma de vida, común por igual a toda forma de sociedad[2]. Este trabajo puede definirse como “actividad orientada a un fin, el de la producción de valores de uso, apropiación de lo natural para las necesidades humanas[3]. Este carácter o concepto abstracto de trabajo sirve como modelo para analizar toda forma de producción independientemente del momento histórico del que se trate, todo momento histórico lleva implícito este modelo de “proceso de trabajo”  que permite un análisis valido para todas las épocas.  Este “proceso de trabajo” puede caracterizarse  del modo siguiente “un proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en que el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza. El hombre se enfrenta a la materia natural misma como un poder natural. Pone en movimiento las fuerzas naturales que pertenecen a su corporeidad, brazos y piernas, cabeza y manos, a fin de apoderarse de los materiales de la naturaleza bajo una forma útil para su propia vida. Al operar por medio de ese movimiento sobre la naturaleza exterior a él y transformarla, transforma a la vez su propia naturaleza. Desarrolla las potencias que dormitaban en ella y sujeta a su señorío el juego de fuerzas de la misma”[4]. Se trata de : el hombre de una parte y la naturaleza de otra parte. Todo proceso  de producción histórico , cualquiera sea la época que el mismo se ejecute, lleva implícito un forma de trabajo humano que puede ser aislada conceptualmente, donde se relaciona el hombre y al naturaleza, y esta ultima resulta transformada. El concepto de trabajo, el que se utiliza en el proceso de producción para transformar la naturaleza, no es cualquier trabajo; sino aquel que implica un determinado esfuerzo fisco y atención intelectual para realizar la transformación, el que es denominado por Marx como “la actividad adecuada a un fin, o sea, el propio trabajo, su objeto y sus medio”


[1] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 130, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión
[2] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 136, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión


[3] Marx en “El capital” tomo 1 pagina 130, Fondo de Cultura Económica, México, séptima reimpresión
[4] El capital libro primero capitulo 5