sábado, 9 de diciembre de 2017



"TENEMOS UN PROBLEMA, SE LLAMA VIOLENCIA DE GÉNERO"

Estamos llegando a fin de año y empezamos a hacer algunos balances.
El PIT-CNT históricamente además de ser una organización sindical que lucha por los derechos de los trabajadores, es reconocida como la organización social más grande y representativa del país, fiel a ello desde sus inicios como CNT ha sido sensible a todas las causas que afectan a la población en su conjunto y principalmente a los y las más vulnerables.
Este año hemos visto la cantidad de mujeres, niñas y niños que han encontrado tempranamente su muerte debido a la violencia machista. Violencia que tiene muchas aristas, desde la verbal, la psicológica, económica, física, entre otras. Las organizaciones feministas han trabajado incansablemente durante décadas para dar visibilidad a esta problemática qué producto de relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres vemos la peor cara de la moneda con los femicidios.
Según datos estadísticos vemos que el 19% del Parlamento son mujeres, los hombres ganan en sus trabajos un 26,3% más que las mujeres, 7 de cada 10 mujeres han sufrido violencia de género, en 2016 se registro una denuncia por violencia de género cada 17 minutos, 1 de cada 5 mujeres vivieron violencia de género por parte de su pareja o ex pareja, y la lista sigue. Nosotros no estamos ajenos a esta triste realidad y es necesario sumar una que es de nuestro movimiento sindical, en el secretariado ejecutivo solo hay 3 mujeres de 17 cargos y en la mesa representativa 8 de 44.
Estos números nos deberían de abrir los ojos a todos y todas, no podemos seguir justificando actos de violencia de ninguna clase, pero menos contra nuestras compañeras y nuestros niños y niñas.
Por ello, desde la presidencia del PIT-CNT, se presentará una propuesta a la próxima Mesa Representativa para trabajar durante el 2018 junto con nuestras filiales con campañas, talleres de sensibilizacióh, entre otros para la erradicación de la violencia de género, con un aborde serio y si es necesario con apoyo profesional para aquellos compañeros que reconozcan que necesitan ayuda.
En el mismo camino, seguiremos trabajando por la pronta aprobación de la ley integral de violencia basada en género con la cual el PIT-CNT ha manifestado total acuerdo con la misma
Esta problemática la abordamos entre todas y todos, no se arregla con recrudecimiento de las penas como varios actores de la sociedad reclaman, si no con el cambio en pos de una transformación cultural y económica que logre una verdadera inclusión de mujeres y hombres desde una perspectiva de igualdad.
El pasado 8 de marzo fue una muestra cabal de que es imprescindible aunar fuerzas con todas las organizaciones que apuntan en este sentido dando un claro mensaje contra la violencia pero también sobre visibilizar las injusticias en cuanto a la participación de las mujeres en todos los ámbitos.
La construcción de una sociedad más justa será también la que cada vez más contemple a todos y todas, si en los estatutos de nuestra central se habla de la construcción de una sociedad sin explotados ni explotadores esto también involucra a las explotadas.(FERNANDO PEREIRA)


miércoles, 6 de diciembre de 2017


MASACRE DE LAS BANANERAS 
(5 Y 6 DE DICIEMBRE DE 1928)
EFEMÉRIDES PARA NO PERDER LA MEMORIA

La masacre de las Bananeras fue un exterminio de los trabajadores de la United Fruit Company que se produjo entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, Magdalena cerca de Santa Marta (Colombia). Un número desconocido de trabajadores murieron después de que el gobierno de Miguel Abadía Méndez decidió poner fin a una huelga de un mes organizada por el sindicato de los trabajadores que buscaban garantizar mejores condiciones de trabajo. El gobierno de los Estados Unidos de América había amenazado con invadir Colombia a través de su Cuerpo de Marines, si el gobierno colombiano no actuaba para proteger los intereses de la United Fruit Company.
El 12 de noviembre de 1928 estalló una gran huelga en la zona bananera de Ciénaga, una huelga masiva jamás vista en Colombia.
Más de 25 000 trabajadores de las plantaciones se negaron a cortar los bananos producidos por la United Fruit Company y por productores nacionales bajo contrato con la compañía. A pesar de tal presión, la United Fruit Company y sus trabajadores no lograron un acuerdo colectivo, la huelga terminó con un baño de sangre: en la noche del 5 de diciembre, soldados colombianos dispararon sobre una reunión pacífica de millares de huelguistas, matando e hiriendo a muchos (Más de 1800 muertos y un número impreciso de heridos de entre 200 y 300). Esa terrible noche ha sido grabada en la conciencia de los colombianos por los novelistas Gabriel García Márquez, en su obra Cien años de soledad, quien nació en la zona bananera un año antes de la huelga; Álvaro Cepeda Samudio, en su novela La casa grande; y el dramaturgo Carlos José Reyes, quien cuenta la historia a través de los ojos de un soldado recluta.

sábado, 2 de diciembre de 2017



El cuentapropismo como futuro del trabajo en la reforma laboral

Hay una significativa semejanza entre la reforma laboral brasileña y el proyecto argentino presentado recientemente para su tratamiento parlamentario, pese a que en el primer caso se trata de un verdadero (y dramático) desmontaje de los mecanismos protectores del trabajo dependiente y en el segundo de un toqueteo canchero y flexibilizador tendiente, entre otros asuntos, a la condonación de deudas tributarias bajo el pretexto de la regularización del empleo no registrado en el sector privado.
El punto común de ambos cuerpos normativos radica en la promoción que se hace del cuentapropismo, excluyendo por esa vía a contingentes de trabajadores del ámbito de aplicación del derecho del trabajo y la seguridad social, para arrojarlos al albur de la oferta y la demanda, sin las restricciones a la “libertad contractual” que en materia de salario mínimo, horario y condiciones de salud y seguridad supone la reglamentación del trabajo dependiente.
La elección es antojadiza y no se sostiene en ninguna realidad ni estudio en particular de un tipo de prestación laboral que pudiera justificar la autonomía y el consiguiente abandono de la protección legal del trabajador. Lo que parece claro es que estamos ante una opción política de orientar las relaciones de trabajo hacia la libertad de mercado mediante una forzada igualación de quien ofrece su trabajo y quien lo retribuye, desconociendo la situación de radical disparidad económica existente entre esos sujetos, generadora de la subordinación laboral.
Algo parecido ocurría con aquel viejo modelo de la “empresa unipersonal” que proliferó en Uruguay merced a la Ley de Seguridad Social 16.713, que precarizó el empleo y comportó uno de los sesgos más perniciosos de una reforma que, un tanto tardíamente, ahora descubren como inequitativa los “cincuentones”.
En el caso de la reforma brasileña, el Artículo 442.B prescribe que la calidad de autónomo se adquiere con el mero cumplimiento de requisitos formales establecidos en la ley (inscripción, etcétera), y la existencia de exclusividad y continuidad en el vínculo no puede considerarse indicativa de una relación de dependencia. En el proyecto del gobierno argentino, se inventa la figura del “trabajador profesional autónomo económicamente dependiente”, zurciendo con la dificultad propia de un oxímoron las nociones de “autonomía” y “dependencia económica”, como en la confección de un Frankenstein mal ensamblado. La definición de ese engendro jurídico permite apreciar, además, que la nota de “profesionalidad” se reduce a la realización de tareas especializadas a título oneroso, de manera habitual, personal y directa de la que resulte hasta el 80% de los ingresos económicos anuales del trabajador.
Si uno fuera desconfiado, podría decir que se trata de un trabajador dependiente que complementa su ingreso con un segundo empleo de al menos 20% de sus ingresos, como hace cualquier hijo de vecino.

Pero el sentido común no es el que preside entre quienes construyen las normas en esta parte del mundo: en lugar de atender a la efectiva forma de prestar la tarea para determinar si estamos ante una relación de trabajo, la reforma laboral neoliberal se sirve de una rígida estructura reglamentaria para posibilitar el funcionamiento de un mercado de trabajo desregulado.
Los rumbos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en esta materia van por otro camino. La Recomendación 198 prescribe que para dilucidar si se está ante una relación de trabajo habrá que atender a la modalidad de cómo se presta el trabajo y no a las formas jurídicas o contractuales que se hubiere pactado entre las partes, y la Recomendación 204, sobre transición del empleo informal al empleo formal, incluye, con razón, a las personas que trabajan por cuenta propia como parte de las unidades de la economía informal, a quienes considera “insuficientemente cubiertas por sistemas formales o no lo están en absoluto”.
A juicio de la OIT, la promoción del trabajo por cuenta propia es la promoción de la informalidad.
No hay nada demasiado nuevo. El fomento del trabajo por cuenta propia mediante meras formas jurídicas desvinculadas de la realidad subyacente fue siempre un artilugio del poder económico para eludir la aplicación de las leyes laborales. El discurso aparece, siempre, travestido por una argumentación engañosa que hace de la autonomía un absoluto en contraposición a una normativa laboral que se presenta como sofocadora de la iniciativa personal, que queda presa de una espesa jungla de prescripciones legislativas.
La pretensión de desarticular la protección social es tan evidente que deja sus huellas en los textos comentados: así, para evitar cualquier desvío de un desprevenido juez laboral que no estuviera a tono con la modernización neoliberal, se le induce a concebir que habrá trabajo autónomo aun cuanto exista exclusividad, continuidad y dependencia económica del empleador. Como en el relato “Ante la ley”, de Franz Kafka, puertas y guardianes y más puertas y guardianes para dificultar el acceso a la justicia. Reglas para desreglamentar: “¡Paradoja!”, diría un publicista uruguayo de hace unos años.
02 • dic. • 2017 | Escribe: Hugo Barretto Ghione en Posturas
Profesor titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de la República