Se pregunta
el economista Failache “¿Puede un
economista obviar el
tema de la
distribución al considerar
el problema del empleo, el crecimiento y el desarrollo?”
El profesor
Faileche se contesta “No solo puede, sino
que es
lo que hará
si ha sido
adoctrinado por la
corriente ̈principal ̈ de la
economía denominada neoclásica (Pasinetti, 2000)”.
“Como se sabe, este enfoque sostiene que cada
factor de producción recibe como remuneración su contribución
al aporte de
producción en base
a la productividad
de la unidad
marginal del factor
utilizado”.
Este enfoque
tiene su base “en una filosofía utilitarista para evaluar el
bienestar de una sociedad”. En este estado es pertinente recordar que
existen otros modos de ver el problema otros enfoques sobre el problema, no
solamente el modo neoclásico “En la
presente sección se mencionan las principales líneas de abordaje de los
enfoques que hacen
de la distribución
un componente central
en el proceso
de acumulación y
reproducción social”. Se
trata de considerar
los antecedentes de la Economía Política Inglesa y los aportes
posteriores coherentes con dicho
componente sobre la
distribución y su
importancia en la
dinámica de acumulación
de capital. Para
ello el autor hace una síntesis “a vuelo
de pájaro, [de] los
principales aportes de los autores
clásicos de este
enfoque”. Dice el autor que
los “autores han
conformado una perspectiva
del fenómeno económico
como parte del
fenómeno social que
se vive en
los siglos XVIII
y XIX, de
profundas transformaciones económicas, sociales, políticos y culturales.
La economía política
clásica plantea el
problema de la
distribución como un objeto
central de su estudio. Atentos a las principales transforma-ciones que ocurren
en el campo de la economía y la política desde el siglo XII al XIX se define el
campo de estudio de la ciencia económica”. Dice el autor que el tema de la distribución
de los ingresos entre clases sociales es un tema central en un tema vinculado al problema
del desempleo de
las economías. “La reproducción
social se enfrenta
a la posibilidad
de un aumento
de las rentas
para los propietarios de la tierra por la demanda creciente de las mismas
para ser
explotadas por los
nuevos empresarios que
disponen del capital
adecuado con miras a la producción de alimentos para una clase
trabajado-ra que no cesa de aumentar en número. Pero, asimismo, el círculo
virtuoso del crecimiento pone
en funcionamiento un
mecanismo de generación
de cambio técnico.
la división del
trabajo y la
introducción de maquinaria
y nuevas fuentes de energía.
Aumentan los beneficios para industriales y comerciantes provenientes del
creciente comercio interior y exterior, con la creciente monetización de los
intercambios. Los sectores populares pueden encontrar nuevos trabajos como
empleados de las empresas administradas por una burguesía que prospera, y que
pasa a gestionar el presupuesto del estado, a efectos de racionalizar gastos.
De forma simplificada, este es el esquema general de la economía política
inglesa”.
Interesa
saber que opinan los diferentes teóricos de la economía sobre el tema, por
ejemplo el conocido economista Adam Smith “En
La Riqueza de las Naciones, publicada en 1776, Adam Smith (Smith, 1990)
destaca la importancia
del mercado como
regulador social, sin
desconocer el peso
del Estado y
las grandes empresas,
siempre proclives a
establecer beneficios a
su favor mediante
intervenciones deliberadas, con
cierta somnolencia de la aristocracia terrateniente. La confianza en la división
del trabajo como
motor del cambio
técnico, la generalización del comercio mundial y la creciente
acumulación de capital destinado a la inversión productiva abren el camino de
lo que se denomina la sociedad comercial, y actualmente, capitalismo. Sin
embargo, se puede advertir cierta prudencia ante el optimismo del desarrollo
futuro de la sociedad comercial, en la medida que el trabajo embrutezca a la
población y prevalezcan los intereses de las grandes empresas en la gestión de
las finanzas del Estado y la administración colonial. Por otra parte, si bien
es la ambición de riqueza lo que anima el ahorro y la inversión, ello puede
ocurrir si la sociedad no debilita ciertos lazos de simpatía mutua. Es que en
el enfoque smithiano del desarrollo capitalista, la perspectiva neoliberal del
egoísmo privado y el respeto del derecho de propiedad no alcanzan como motores
del crecimiento económico si la sociedad no respeta las condiciones de
convivencia que una ética basada en los sentimientos hace posible, como se
concluye de la lectura de su Teoría de los Sentimientos Morales de 1759 (Smith,
(2013)”.
Por su lado
para David Ricardo el problema de la distribución de la riqueza es un tema
central hace en su análisis. Ricardo continua con el
enfoque de Smith,
“incorporando una
particular teoría de la renta y la influencia de la incorporación de
máquinas en la dinámica de largo plazo. Junto a Thomas Malthus las perspectivas
del desarrollo capitalista adquieren un alcance referido a las limitaciones que
impone la naturaleza en un progreso ilimitado de crecimiento y población por el
fenómeno de los rendimientos decrecientes de la tierra. Este se pro-pone como
argumento para la libre importación de granos del continente a la isla, siendo
presentado como folleto a discusión del Parlamento inglés en 1815 (Ricardo,
1962). La elegancia de dicha argumentación se basa en una metodología deductiva
para el análisis económico, en particular del efecto de la desigual
distribución entre las clases sociales, que se profundiza en su obra mayor de
1817 (Ricardo, 1959)”.
Dice Failache
que este enfoque de Economía Política se cierra con la obra de Carlos Marx, una
obra cumbre de economía: “El Capital”, obra que fue concebido como una crítica
de la Economía Política, obra publicado en 1867. Dice Failache que “Toda la obra pone foco en la desigualdad social,
denuncian-do la explotación
como forma constitutiva
del desarrollo capitalista.
Las categorías de análisis de Smith
y Ricardo son reelaboradas analíticamente,
La desigualdad como problema y reinterpretadas
en el marco de una concepción filosófica hegeliana, culminando en
una perspectiva general
novedosa y críticamente
valorativa del desarrollo
capitalista en relación a los modos de producción que le pre-ceden. La crítica
ética al capitalismo y el análisis de sus tendencias constituirán un
enfoque retomado por
sucesivas corrientes que
se proclaman seguidoras de dicho autor, haciendo del
problema de la desigualdad el eje de la crítica al capitalismo, en tanto que,
si bien legalmente se proclama la libertad y autonomía de las personas, el funcionamiento
del mercado capitalista las somete a la obligación de vender la fuerza de
trabajo para lograr la mera subsistencia.
La obra culmina,
casi un siglo
más tarde, con
una lectura crítica respecto a
los logros del capitalismo, haciendo de los mismos la fuente de su destrucción.
De él abrevan diferentes orientaciones para su interpretación a efectos de dar
cuenta del proceso reciente del capitalismo (Arrighi, 2007; Iber, 2013;
Gouverneur, 2012; Harvey, 2010)”.
Todas estas
ideas son la base de un “modelo
̈clásico ̈ de acumulación y crecimiento que dé cuenta de la mecánica de
la distribución y del desarrollo capitalista,
tarea que realizan
Duncan Foley, Thomas
Michel y Daniele
Tavani (Foley, Michel and Tavani,
2019), pasando por los aportes de Stephen Marglin (Marglin,1974, 1987).
Este enfoque rehabilita
algunas perspectivas del enfoque clásico de la economía política,
como la tendencia a la baja de la tasa de ganancia por efecto del cambio
técnico, este mismo fenómeno del cambio técnico como resultado endógeno del
sistema económico de merca-do mediante diferentes modalidades, el papel del
capital como timonel del proceso de acumulación, y la importancia de la gestión
del conflicto social a la hora de la distribución entre trabajo y capital”.
Conviene también
traer a colación la opinión de Keynes “cuyo
alcance se puede percibir considerando dos obras entre una gran
producción sobre diferentes temas. En la primera, publicada en 1928, y
titulada ̈Posibilidades económicas de
nuestros nietos ̈, se puede apreciar su perspectiva sobre el capitalismo
(Keynes, 1988). En la segunda, la
̈Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero ̈ de 1936
(Keynes, 1980) presenta los temas principales de su enfoque macroeconómico al
incorporar las expectativas y los animals spirits empresariales, es decir
aquellos factores de naturaleza sicológica vinculados a las previsiones sobre
el futuro que afectan las decisiones de inversión y producción, la importancia
de la demanda efectiva y los mecanismos multiplicadores,el reconocimiento del
papel de la intermediación financiera, la especulación y la forma rentista de
distribución del producto como rasgos destacados del capitalismo susceptibles
de ser objeto de políticas por parte del Estado. En este sentido, atendiendo la
situación del denominado subdesarrollo, la consideración de
los mismos temas
es llevada delante de forma
pionera por Michael Kalecki (1943, 1956)”.
Mientras
tanto en el campo de lo que se da en
llamar economía del desarrollo “surgen
otras concepciones y visiones del problema del subdesarrollo y desarrollo,
sobre todo destacando los
problemas que plantea
el comercio internacional, la
centralización y gestión del sistema financiero en las grandes
potencias, las particularidades de las estructuras productivas y de empleo, los
patrones de consumo y ahorro, así como la consideración de los factores
sociales, políticos y culturales
del estructuralismo latinoamericano, cuya
producción se sintetiza
por Octavio Rodríguez
a comienzos del
siglo XXI (Rodríguez, 1977, 1980, 2006)”.
Finalmente
para terminar es preciso mencionar la importancia que las instituciones tienen
en la dinámica de la desigualdad atendiendo al proceso de globalización,
financiarizacion y cambio técnico acelerado
desde el último
cuarto del siglo
XX hasta el
presente “La teoría de
la regulación propone
un esquema de
análisis e interrelación
de las formas
institucionales que permiten identificar diferentes modos de desarrollo
capitalistas (Boyer, 2014, 2020), o las especificidades como el caso de China
(Aglietta, 2012)Por último, corresponde
destacar los recientes
aportes de Thomas
Piketty y su equipo, recopilando evidencia empírica que permita arrojar
luz sobre el problema de la desigualdad. Al primer libro de síntesis de
trabajos previos y nuevos aportes realizados por Piketty (2014) se agrega un
segundo aporte en el que se analiza la importancia de la ideología en la consideración
de la desigualdad. Allí se argumenta que la desigualdad es fruto de
consideraciones ideológicas y
políticas más que
de restricciones económicas
o tecnológicas, desigualdades
que se crean
en la sociedad
y las elites
dominantes perpetúan mediante ideologías apropiadas (Piketty, 2019). La
obra de Piketty constituye una revalorización del enfoque clásico, recogiendo
la experiencia histórica de otro siglo adicional de desarrollo capitalista y de
experiencias socialistas”.
Textos íntegramente
extraído de: Failache C. (1998)“LA DESIGUALDAD COMO PROBLEMA. CONCEPTOS,
MEDICIONES Y MARCOS TEÓRICOS PARA PRECISAR POLÍTICAS” en rev. Der. Lab LXIV
(284) páginas 853 a 856. Única fuente usada. Para acceder al contenido completo
de este interesante trabajo usted puede suscribirse a la Revista Derecho
Laboral llamando a las oficinas de la Fundación de Cultura Universitaria:
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