sábado, 30 de abril de 2022

Las reivindicaciones de los trabajadores rurales

 

Mientras a nivel nacional se plantea subir la edad mínima para jubilarse, los asalariados rurales consideran que en esta actividad el retiro debería producirse antes de lo que ocurre hoy. Pretenden que sea la misma edad para hombres y mujeres.

Cuando se cumplen diez años de la aprobación de la ley que declaró el 30 de abril como el Día del Trabajador Rural, la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (Unatra) reclamará que se rebaje la edad jubilatoria para los trabajadores y las trabajadoras del sector, por considerar que es una «deuda social histórica» que tiene la sociedad uruguaya con estos asalariados

Este sábado 30, el Día del Trabajador Rural contará con dos actividades, un acto en la ciudad de San José de Mayo, organizado por la Unión de Trabajadores Rurales y Agroindustriales del Uruguay, y una asamblea binacional en la ciudad de Río Branco, con la presencia de delegaciones brasileñas.

César Rodríguez, que integra la Unatra en representación de los trabajadores de la ganadería (es partícipe de la colonia Arerunguá, ubicada entre Salto y Tacuarembó), explicó que el planteo principal de la celebración de este 2022 será la rebaja de la edad jubilatoria para los trabajadores del sector. Colocó la propuesta en el contexto de la discusión de la reforma de la seguridad social que se está procesando en el país.

El dirigente dijo que esta es «una deuda social, histórica, una postergación que como comunidad tenemos», pues estos trabajadores cumplen «actividades de trabajo recio y que tienen un efecto muy concreto sobre la salud». Por otra parte, los bajos niveles salariales determinan jubilaciones muy bajas. «Es muy injusto, están muy cerca del salario mínimo nacional y en algunos casos no alcanzan ese monto», dijo el dirigente de la Unatra.

Rodríguez no estipuló de cuánto tiempo sería la rebaja de edad solicitada. Antes de darla a conocer, pretenden culminar un relevamiento económico que se está haciendo para fundamentar su planteo, «para hacer un planteo sólido», dijo.

Consideró que los asalariados rurales deben tener un régimen jubilatorio diferente, que «tal vez pase por una diferente forma de aporte». Para el dirigente de la Unatra, en el régimen de jubilación actual «hay situaciones embromadas, injustas, y creemos que hay que ponerlo todo sobre la mesa y comenzar a corregir». «Es algo sentido por la gente, lo hemos discutido en los territorios y hay pleno apoyo.»

Rodríguez reconoce que el planteo de los trabajadores rurales va a contrapelo de lo que es la discusión actual de la reforma de la seguridad social, en la que uno de los puntos centrales es el aumento de la edad jubilatoria. «Lo que pasa es que nosotros venimos a contrapelo con la historia, desde la misma limitación de la jornada laboral a ocho horas, que la conquistamos 100 años después que la industria», mencionó.

Marcelo Amaya participa de la Unatra representando a los trabajadores del arroz, y al hablar con este semanario también hizo hincapié en la necesidad del cambio de régimen jubilatorio. «Nos tenemos que sentar a discutir el tema, tenemos que revertir una situación que es histórica», dijo, y consideró que una de las causales por las que el sector rural «no logra seducir a los jóvenes es porque es un trabajo muy riesgoso» y porque al final de la vida laboral «no se recompensa el desgaste físico y de la salud» que tiene el trabajador rural. «No es reconocido por la sociedad el esfuerzo», dijo Amaya, quien insistió en que el cambio debe ser paritario.

LAS OCHO HORAS

Otra de las discusiones que estarán presentes este 30 de abril será la zafralidad en el sector, que suele ir asociada a la precarización del trabajo y promueve la informalidad. También preocupa a los trabajadores del campo la utilización por parte de las grandes empresas, en particular de las forestales, del mecanismo de tercerizaciones, que termina impidiendo la organización sindical. Las tercerizaciones «facilitan que no se formen organizaciones de base de trabajadores, porque se las desarma, porque se traslada a los que se organizan, que termina siendo nómades», mencionó Rodríguez.

La vigencia de la obligatoriedad de las ocho horas en el sector rural no está en discusión en el mundo de los trabajadores, hay «una apropiación muy clara», dijo Rodríguez. Sí ocurre, «como en todas las ramas de actividad, que algo tan elemental como eso no se cumple», dijo Rodríguez, aunque aclaró que, cuando se dan esos casos, «generalmente vienen acompañados de malas condiciones de trabajo, de incumplimiento de laudos y de categorías y de condiciones habitacionales». «Es todo un combo.»

LA BONANZA QUE NO LLEGA

El precio de los commodities ha implicado ganancias enormes para el sector agroexportador en los últimos dos años y todo indica que la situación seguirá siendo positiva hasta 2024, debido a las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, pero los trabajadores del agro no logran, ni siquiera, que las patronales les reconozcan un 1 por ciento de pérdida que tuvieron en 2020. En el grupo 22, que incluye a la ganadería, el arroz, los tambos y la caña de azúcar, «acordamos un 3,5 por ciento de ajuste, pero hubo pérdida de un 4 y pico en 2020». Con esa pérdida como punto de partida, la Unatra pretende iniciar la próxima ronda de negociación salarial, que debería convocarse en mayo.

El miércoles, la Asociación Rural del Uruguay informó que definió que se adelante el pago del correctivo salarial por inflación previsto para julio próximo para este mes de abril. Rodríguez, quien mencionó que al momento de hablar con este semanario recién se había puesto al corriente de la propuesta, dijo que le parecía bien, pero añadió: «Primero tenemos que empezar por la pérdida que arrastramos todavía, para después ver qué tipo de adelanto y a cuenta de qué nos lo van a dar».

En el mismo sentido se expresó Amaya: «Nos parece bien, pero queda pendiente la recuperación del período anterior; lo más justo, frente a un escenario de inflación, es que el 100 por ciento de la recuperación esté arriba de la mesa».

«Ni siquiera se han puesto al día con la pérdida salarial del período de pandemia. Claramente hay mallas oro y gregarios en esta carrera, y los gregarios seguimos siendo los trabajadores, que somos los que aportamos, por ejemplo, al aumento a la productividad», dijo el dirigente de los trabajadores arroceros, quien subrayó que las ganancias del sector no solo han ocurrido por el aumento de los precios, pues «también ha habido un aumento de productividad». Por eso, entiende que «la retribución no estuvo a la altura de ese esfuerzo que hicimos, en condiciones muchas veces adversas».

LA CELEBRACIÓN

En noviembre de 2012 el Parlamento aprobó la ley por la que se creó el Día del Trabajador Rural. Para Rodríguez, con eso se cumplió «con una deuda, porque era una de las pocas ramas de actividad que no tenía su día; es un tema de identidad, de sentirse reconocido e identificado en una actividad productiva que es el eje de la economía nacional».

A partir de entonces, «ha habido una cantidad de avances a nivel normativo», señaló Rodríguez, pero destacó: «Donde tenemos la dificultad es en el contralor y la fiscalización del cumplimiento de las normas, y ahí pasa un poco por la presencia del Estado en los territorios, velando porque esas legislaciones se puedan aterrizar. Está bárbaro tenerlas en el papel, como decretos, pero si no llegan, si no rigen, ahí seguimos en deuda».

Por su parte, Amaya considera el 30 de abril como «un día de reflexión, que no nos hace olvidar la postergación histórica que sufrimos». «Somos el motor de la economía del país, pero hasta por un tema cultural hemos sido invisibilizados. Es un día para reforzar nuestras principales reivindicaciones», sostuvo.

El trabajador arrocero consideró que la instauración de este día ha sido un logro importante, ya que «más allá de que sea una de las fiestas que se ha vuelto comercial más rápidamente, porque se llevan adelante actividades folclóricas y de esas características, que nada tienen que ver con la reivindicación de los derechos y de los salarios, se aporta a eso, a la generación de conciencia, a saber que hubo progresos, derechos que nos costó casi un siglo conseguir».

Extraido de Brecha N° 1901. titulo original: “LAS REIVINDICACIONES DE LOS TRABAJADORES RURALES La otra reforma jubilatoria” Autor: Javier Perdomo,  29 abril, 2022


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