miércoles, 17 de febrero de 2021

Opiniones: perspectivas económicas del Uruguay (I)

 

Opinión del economista Gabriel Oddone

"Para Oddone, la coalición llegó al gobierno con tres mandatos claros: procesar un ajuste fiscal («luego de varios años de desajuste respecto a las metas, lo cual introducía mucha incertidumbre para el sector privado»), promover una política desinflacionaria activa («con el propósito de despejar dudas respecto de la formación de precios») y procesar algunas «reformas» («en las que el tema energético era crucial y estaba largamente contenido en la LUC como expresión de deseo»). Sin embargo, «lo que sucedió con la pandemia es un evento disruptivo, de una magnitud aún imposible de calificar». Luego expresó: «Dado que las condiciones cambiaron, la estrategia del “malla oro” debe ser revisada, hasta que el escenario de emergencia desaparezca. Lo cual, creo, va a llevar por lo menos todo 2021».

Según Oddone, el libreto original del gobierno no ha variado sustancialmente hasta ahora, cuando «la economía política» comienza a ejercer presión: «Sin perjuicio de que actuaron rápidamente y usaron los instrumentos que estaban a su disposición y que el país había desarrollado largamente (asignaciones familiares, seguros de desempleo, la Tarjeta Uruguay Social, etcétera). Después se discutirá si fue mucho o poco. Yo creo que se quedaron cortos. Pienso que siguieron en el modo “malla oro” durante todo 2020, hasta ahora: se aprobó un presupuesto restrictivo y se le otorgó un rol secundario a la inversión pública a la hora de compensar una contracción cíclica». Oddone juzga que las condiciones actuales son lo suficientemente graves para desenfocar provisoriamente el objetivo fiscal: «Creo que el país está en condiciones de asumir el riesgo de procesar una expansión de 1 punto o 1,5 puntos del PBI para atravesar las complejidades de 2021 y 2022 sin mayores zozobras». Si no se hace, dice, se corren dos riesgos importantes: entrar en un círculo vicioso de bajo crecimiento, que baje la recaudación como consecuencia de una «contracción significativa» y «exponerse a una situación de mayor tensión social» como consecuencia de que la economía no levante vuelo y no mejore el empleo.

«Cuando veo a Guido Manini declarar, cuando veo a Julio María Sanguinetti decir que el Partido Colorado va a presentar propuestas e, incluso, cuando veo la carta de De Posadas y el enfoque de la conferencia de prensa del lunes de la ministra Azucena Arbeleche, creo que en la interna del gobierno hay una discusión que está en proceso», opinó el analista. Cree que los sectores que tienen mayor «experiencia y visión política» sugieren un camino que se aparta de los planes originales: «Es una discusión que no había aparecido nunca hasta ahora. Lo interesante es que las voces discordantes no parecen estar coordinando un plan. Presumo que, en el corazón del gobierno –seguramente sensible a esos movimientos en la coalición–, están previendo hacer algún cambio. Hasta octubre, digamos, ellos pensaban que la estrategia dominante era la que desplegaron cuando asumieron. Lo que ocurre en adelante lleva a esas nuevas reconsideraciones. ¿Cuándo vamos a saberlo con claridad? Creo que a principios de marzo, con la comparecencia del presidente en el Parlamento».

Respecto al papel de los empresarios en la discusión del rumbo de la política económica, Oddone dijo: «La discusión batllistas/herreristas también atraviesa a los empresarios. Y en este caso también tenés el interés particular. Porque acá hay empresarios que se vieron fuertemente afectados por recortes significativos o por un freno de la inversión, y otros que menos. Entonces, vas a ver que el sector turismo va a pedir ayudas concretas, los sectores intensivos en mano de obra van a pedir que los seguros por desempleo se mantengan y los sectores contratistas del Estado van a pedir que haya obra pública. Eso pasa en cualquier lugar del mundo, y es lógico que así sea».

Oddone también se refirió a un casi seguro aumento de la desigualdad: «Los trabajadores con menor nivel de instrucción o escasas habilidades digitales van a ser claramente los perdedores. Y esas son personas que están alojadas en sectores medios o medios bajos». Y concluyó: «Ya lo que ocurrió va a causar un aumento de la desigualdad. De lo que se trata es de que sea el menor aumento posible. Primero, por razones de justicia: creo que, ideológicamente, está bien que así sea, porque no concibo sociedades desiguales. Segundo, por razones de conveniencia: una sociedad muy desigual se vuelve una sociedad más convulsa, más problemática y, por lo tanto, menos cohesionada. Hay fundamentos de todo tipo para que en este momento el Estado intervenga con un rol activo. Es una de las razones por las cuales esta polémica está instalada, en la que incluso voceros que no son amigos del sector público están dispuestos a rever sus posturas porque entienden los riesgos que están presentes y porque, además, asumen que cuanto más se relega la recuperación, más se acercan las próximas elecciones»."

(Fragmente de la nota “Las cuitas del joven Friedman” cuya autoría pertenece a Venancio Acosta, Brecha, numero 1838, páginas 3 a 5. El titulo nos pertenece)

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