La pobreza y la desigualdad no estàn màs allà del control humano.
La pobreza y la desigualdad están inquietamente extendidas. Uno de cada
cinco habitantes del planeta vive, todavía hoy, en la pobreza absoluta.
Incluso varios países ricos, como Estados Unidos o Japón, una de cada
seis personas vive un estado de pobreza . Aparte de la situación
existente en un puñado de países europeos, la desigualdad de ingresos
oscila entre lo grave y lo chocante. Demasiadas personas aceptan la
pobreza y la desigualdad como resultado inevitable de diferencias
naturales en cuanto a la capacidad de los individuos. Se nos aconseja
convivir con esas realidades del mismo modo que lo hacemos con los
terremotos y las erupciones volcánicas. Pero la pobreza está supeditada
sobre todo a la intervención humana, la pobreza absoluta podría
reducirse si se fomentara y ejecutara una adecuada redistribución de la
riqueza.
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