viernes, 7 de abril de 2023

Sobre desigualdad y acumulación de capital


 

Se pregunta el economista Failache “¿Puede  un  economista  obviar  el  tema  de  la  distribución  al  considerar  el problema del empleo, el crecimiento y el desarrollo?

El profesor Faileche se contesta “No solo puede, sino que  es  lo  que  hará  si  ha  sido  adoctrinado  por  la  corriente   ̈principal ̈  de  la economía denominada neoclásica (Pasinetti, 2000)”.

“Como se sabe, este enfoque sostiene que cada factor de producción recibe como remuneración su  contribución  al  aporte  de  producción  en  base  a  la  productividad  de  la  unidad  marginal  del  factor  utilizado”.  

Este  enfoque  tiene su  base  en  una filosofía utilitarista para evaluar el bienestar de una sociedad”. En este estado es pertinente recordar que existen otros modos de ver el problema otros enfoques sobre el problema, no solamente el modo neoclásico “En la presente sección se mencionan las principales líneas de abordaje de  los  enfoques  que  hacen  de  la  distribución  un  componente  central  en  el  proceso  de  acumulación  y  reproducción  social”.  Se  trata  de  considerar  los antecedentes de la Economía Política Inglesa y los aportes posteriores coherentes  con  dicho  componente  sobre  la  distribución  y  su  importancia  en  la  dinámica  de  acumulación  de  capital.  Para  ello el autor  hace una síntesis  “a  vuelo  de  pájaro, [de]  los  principales  aportes  de  los  autores  clásicos  de  este  enfoque”.  Dice el autor que los “autores  han  conformado  una  perspectiva  del  fenómeno  económico  como  parte  del  fenómeno  social  que  se  vive  en  los  siglos  XVIII  y  XIX,  de  profundas transformaciones económicas, sociales, políticos y culturales. La  economía  política  clásica  plantea  el  problema  de  la  distribución  como un objeto central de su estudio. Atentos a las principales transforma-ciones que ocurren en el campo de la economía y la política desde el siglo XII al XIX se define el campo de estudio de la ciencia económica”. Dice el autor que el tema de la distribución de los ingresos entre clases sociales es un tema central en un tema vinculado  al problema  del  desempleo  de  las  economías.  La  reproducción  social  se  enfrenta  a  la  posibilidad  de  un  aumento  de  las  rentas  para los propietarios de la tierra por la demanda creciente de las mismas para  ser  explotadas  por  los  nuevos  empresarios  que  disponen  del  capital  adecuado con miras a la producción de alimentos para una clase trabajado-ra que no cesa de aumentar en número. Pero, asimismo, el círculo virtuoso del  crecimiento  pone  en  funcionamiento  un  mecanismo  de  generación  de  cambio  técnico.  la  división  del  trabajo  y  la  introducción  de  maquinaria  y  nuevas fuentes de energía. Aumentan los beneficios para industriales y comerciantes provenientes del creciente comercio interior y exterior, con la creciente monetización de los intercambios. Los sectores populares pueden encontrar nuevos trabajos como empleados de las empresas administradas por una burguesía que prospera, y que pasa a gestionar el presupuesto del estado, a efectos de racionalizar gastos. De forma simplificada, este es el esquema general de la economía política inglesa”.

Interesa saber que opinan los diferentes teóricos de la economía sobre el tema, por ejemplo el conocido economista Adam Smith “En La Riqueza de las Naciones, publicada en 1776, Adam Smith (Smith,  1990)  destaca  la  importancia  del  mercado  como  regulador  social,  sin  desconocer  el  peso  del  Estado  y  las  grandes  empresas,  siempre  proclives  a  establecer  beneficios  a  su  favor  mediante  intervenciones  deliberadas, con cierta somnolencia de la aristocracia terrateniente. La confianza en la  división  del  trabajo  como  motor  del  cambio  técnico,  la  generalización  del comercio mundial y la creciente acumulación de capital destinado a la inversión productiva abren el camino de lo que se denomina la sociedad comercial, y actualmente, capitalismo. Sin embargo, se puede advertir cierta prudencia ante el optimismo del desarrollo futuro de la sociedad comercial, en la medida que el trabajo embrutezca a la población y prevalezcan los intereses de las grandes empresas en la gestión de las finanzas del Estado y la administración colonial. Por otra parte, si bien es la ambición de riqueza lo que anima el ahorro y la inversión, ello puede ocurrir si la sociedad no debilita ciertos lazos de simpatía mutua. Es que en el enfoque smithiano del desarrollo capitalista, la perspectiva neoliberal del egoísmo privado y el respeto del derecho de propiedad no alcanzan como motores del crecimiento económico si la sociedad no respeta las condiciones de convivencia que una ética basada en los sentimientos hace posible, como se concluye de la lectura de su Teoría de los Sentimientos Morales de 1759 (Smith, (2013)”.

Por su lado para David Ricardo el problema de la distribución de la riqueza es un tema central hace en su análisis. Ricardo continua con  el  enfoque  de  Smith,  “incorporando  una  particular teoría de la renta y la influencia de la incorporación de máquinas en la dinámica de largo plazo. Junto a Thomas Malthus las perspectivas del desarrollo capitalista adquieren un alcance referido a las limitaciones que impone la naturaleza en un progreso ilimitado de crecimiento y población por el fenómeno de los rendimientos decrecientes de la tierra. Este se pro-pone como argumento para la libre importación de granos del continente a la isla, siendo presentado como folleto a discusión del Parlamento inglés en 1815 (Ricardo, 1962). La elegancia de dicha argumentación se basa en una metodología deductiva para el análisis económico, en particular del efecto de la desigual distribución entre las clases sociales, que se profundiza en su obra mayor de 1817 (Ricardo, 1959)”.

Dice Failache que este enfoque de Economía Política se cierra con la obra de Carlos Marx, una obra cumbre de economía: “El Capital”, obra que fue concebido como una crítica de la Economía Política, obra publicado en 1867. Dice Failache que “Toda la obra pone foco en la desigualdad social, denuncian-do  la  explotación  como  forma  constitutiva  del  desarrollo  capitalista.  Las  categorías de análisis de Smith y Ricardo son reelaboradas analíticamente,

La desigualdad como problema y reinterpretadas en el marco de una concepción filosófica hegeliana, culminando  en  una  perspectiva  general  novedosa  y  críticamente  valorativa  del desarrollo capitalista en relación a los modos de producción que le pre-ceden. La crítica ética al capitalismo y el análisis de sus tendencias constituirán  un  enfoque  retomado  por  sucesivas  corrientes  que  se  proclaman  seguidoras de dicho autor, haciendo del problema de la desigualdad el eje de la crítica al capitalismo, en tanto que, si bien legalmente se proclama la libertad y autonomía de las personas, el funcionamiento del mercado capitalista las somete a la obligación de vender la fuerza de trabajo para lograr la  mera  subsistencia.  La  obra  culmina,  casi  un  siglo  más  tarde,  con  una  lectura crítica respecto a los logros del capitalismo, haciendo de los mismos la fuente de su destrucción. De él abrevan diferentes orientaciones para su interpretación a efectos de dar cuenta del proceso reciente del capitalismo (Arrighi, 2007; Iber, 2013; Gouverneur, 2012; Harvey, 2010)”.

Todas estas ideas son la base de un  “modelo  ̈clásico ̈ de acumulación y crecimiento que dé cuenta de la mecánica de la distribución y del desarrollo capitalista,  tarea  que  realizan  Duncan  Foley,  Thomas  Michel  y  Daniele  Tavani  (Foley, Michel and Tavani, 2019), pasando por los aportes de Stephen Marglin  (Marglin,1974,  1987).  Este  enfoque  rehabilita  algunas  perspectivas  del enfoque clásico de la economía política, como la tendencia a la baja de la tasa de ganancia por efecto del cambio técnico, este mismo fenómeno del cambio técnico como resultado endógeno del sistema económico de merca-do mediante diferentes modalidades, el papel del capital como timonel del proceso de acumulación, y la importancia de la gestión del conflicto social a la hora de la distribución entre trabajo y capital”.

Conviene también traer a colación la opinión de Keynes  “cuyo  alcance se puede percibir considerando dos obras entre una gran producción sobre diferentes temas. En la primera, publicada en 1928, y titulada  ̈Posibilidades económicas de nuestros nietos ̈, se puede apreciar su perspectiva sobre el capitalismo (Keynes, 1988). En la segunda, la  ̈Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero ̈ de 1936 (Keynes, 1980) presenta los temas principales de su enfoque macroeconómico al incorporar las expectativas y los animals spirits empresariales, es decir aquellos factores de naturaleza sicológica vinculados a las previsiones sobre el futuro que afectan las decisiones de inversión y producción, la importancia de la demanda efectiva y los mecanismos multiplicadores,el reconocimiento del papel de la intermediación financiera, la especulación y la forma rentista de distribución del producto como rasgos destacados del capitalismo susceptibles de ser objeto de políticas por parte del Estado. En este sentido, atendiendo la situación del  denominado  subdesarrollo,  la  consideración  de  los  mismos  temas  es  llevada delante de forma pionera por Michael Kalecki (1943, 1956)”.

Mientras tanto en el campo de lo que se  da en llamar economía del desarrollo “surgen otras concepciones y visiones del problema del subdesarrollo y desarrollo, sobre todo  destacando  los  problemas  que  plantea  el  comercio  internacional,  la  centralización y gestión del sistema financiero en las grandes potencias, las particularidades de las estructuras productivas y de empleo, los patrones de consumo y ahorro, así como la consideración de los factores sociales, políticos  y  culturales  del  estructuralismo  latinoamericano,  cuya  producción  se  sintetiza  por  Octavio  Rodríguez  a  comienzos  del  siglo  XXI  (Rodríguez, 1977, 1980, 2006)”.

Finalmente para terminar es preciso mencionar la importancia que las instituciones tienen en la dinámica de la desigualdad atendiendo al proceso de globalización, financiarizacion y cambio técnico acelerado  desde  el  último  cuarto  del  siglo  XX  hasta  el  presente  “La  teoría  de  la  regulación  propone  un  esquema  de  análisis  e  interrelación  de  las  formas  institucionales que permiten identificar diferentes modos de desarrollo capitalistas (Boyer, 2014, 2020), o las especificidades como el caso de China (Aglietta, 2012)Por  último,  corresponde  destacar  los  recientes  aportes  de  Thomas  Piketty y su equipo, recopilando evidencia empírica que permita arrojar luz sobre el problema de la desigualdad. Al primer libro de síntesis de trabajos previos y nuevos aportes realizados por Piketty (2014) se agrega un segundo aporte en el que se analiza la importancia de la ideología en la consideración de la desigualdad. Allí se argumenta que la desigualdad es fruto de consideraciones  ideológicas  y  políticas  más  que  de  restricciones  económicas  o  tecnológicas,  desigualdades  que  se  crean  en  la  sociedad  y  las  elites  dominantes perpetúan mediante ideologías apropiadas (Piketty, 2019). La obra de Piketty constituye una revalorización del enfoque clásico, recogiendo la experiencia histórica de otro siglo adicional de desarrollo capitalista y de experiencias socialistas”.

Textos íntegramente extraído de: Failache C. (1998)“LA DESIGUALDAD COMO PROBLEMA. CONCEPTOS, MEDICIONES Y MARCOS TEÓRICOS PARA PRECISAR POLÍTICAS” en rev. Der. Lab LXIV (284) páginas 853 a 856. Única fuente usada. Para acceder al contenido completo de este interesante trabajo usted puede suscribirse a la Revista Derecho Laboral llamando a las oficinas de la Fundación de Cultura Universitaria: 29161152, concurriendo de manera personal a la calle 25 de mayo número 583.

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