viernes, 3 de enero de 2020

Chico Mendes


En noviembre de 1987 Chico habla en la Asamblea Legislativa de Acre. Con este hecho se inicia la resistencia y un “empate” histórico  de los activistas medioambientales frente a los intentos de tala y colonización agrícola. Chico impulsa la expropiación para convertirla en reserva extractiva. En junio de 1988 el Ayuntamiento de Río le entrega las llaves de la ciudad: es el primer reconocimiento público en su propio país.

Esto, sin embargo, no fue suficiente. La violencia creció en el Amazonas y el gobierno federal decretó que tres seringales (reservas de caucho)se conviertan en las primeras reservas extractivas de Brasil lo que enfureció a los dueños de los mismos.

A finales de ese año, el 6 de diciembre, Chico pronuncia un discurso en el que  dice: “No quiero flores en mi tumba porque sé que irán a arrancarlas a la selva. Sólo quiero que mi muerte sirva para acabar con la impunidad de los matones que cuentan con la protección de la policía de Acre y que desde 1975 han matado en la zona rural a más de 50 personas como yo, líderes seringueiros empeñados en salvar la selva amazónica y en demostrar que el progreso sin destrucción es posible”.

Como si hubiera sido una premonición, 16 días después, el 22 de diciembre de 1988,  Chico se levanta, sale a la puerta de su casa en Xapuri y recibe en el pecho el impacto de una bala disparada a corta distancia, en la oscuridad. En 2013 el Congreso de Brasil nombró a Chico el 'patrón del medio ambiente de Brasil".

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