lunes, 16 de junio de 2025

Laboralista y profesor. Palabras de H.H Barbagelata

 

No existen motivos reales para que los laboralistas se rindan y eso quiere decir no solo que deben estar atentos para oponerse a la llamada “reformas” que afectan la protección laboral, sin ninguna ventaja para la economía, sino que deben perseguir nuevos objetivos. Entre ellos es imprescindible que se preste atención a las nuevas formas de trabajo y a  las  nuevas  formas de contratar las fuerzas de trabajo, de modo que ningún trabajador quede desprotegido y que siga expandiéndose y perfeccionándose la protección ya existente para todas las actividades laborales, sin ninguna excepción.

En lo que a mi respecta, siempre considerado que lo que un profesor no puede olvidar es que quienes asisten  a sus clases están haciendo entrega de la sustancia de sus  vidas, esto es de su libertad y del tiempo de cada uno, que podría emplearse de otra manera y que en cada instante se agota definitivamente. Por tanto, lo principal que tengo presente es que el profesor no tiene derecho a frustrar las legítimas expectativas de quienes le entregan su tiempo, lo cual por su parte está exigiéndole una entrega total a este ministerio.

Cuando desarrollo una clase si los estudiantes me ayudan, también me divierto muchísimo. El profesor y el actor saben que la función tiene que continuar. Por eso también, todas las funciones son diferentes, en realidad únicas,  como lo son cada una de las clases, aunque el tema tratado es el mismo. Otro rasgo en común es la instantaneidad y lo efímero de la actuación del actor y del profesor. Esta función, ese acto, esa parte, que hoy marchó muy bien, o esta clase que gusto al profesor y que el auditorio sintió que lo enriquecía, no dejan más que más que un leve rastro que tiende a desvanecerse muy rápidamente. La suma de esos rastros puede que adquiera la calidad de “buen recuerdo” en algunos integrantes del público y eso es lo más a lo que los actores y profesores  pueden aspirar, aunque y otros saben, sabemos, como dice un personaje  de Tennesse Williams la eternidad es una palabra muy larga, que no tiene nada que ver con los actores y los profesores.

(Extraído de Revista Derecho Laboral Tomo LXVI numero 291, paginas 481 a 487)